26 Mira las aves del cielo, que no siembran, ni segan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No vales vosotros mucho más que ellas?
Sabemos que por proceso natural debemos día a dia buscar el sustento y el crecimiento personal y del hogar, sin embargo no debemos permitir que ello signifique una distracción o sustituyó del propósito principal de nuestra existencia, el cual representa devolverle a Dios todo nuestro amor y entrega incondicional.
El amor de Dios es el activante y la gasolina que nos impulsa a llevar una vida cristiana sana y de buenos resultados, donde lo más importante es mostrarle con frutos al mundo porque somos seguidores de Jesús. Enseñar con pasión y denuedo las mil razones por las que aún en medio de nuestras pruebas y debilidades debemos sacar aparte e ileso nuestra porción de amor y fe para que por medio de la misma nos sea concedido el resto de el esperado apoyo y sustento le parte de Dios que contento con nuestro desinteresado amor proveerá todas las cosas que nos vengan a bien.
Por eso por sobre todo conserva tu corazón para Dios.
Por sobre todas cosas guardada guarda tu corazón porque de el emana la vida.
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