A su primera conversación asistió el exitoso diciendo:
"Yo he logrado alcanzar la libertad y la seguridad de disfrutar la vida y la abundancia, es más ni sé cuánto tengo en el banco"
A esto el humilde pensaba:
"Que bien un pedazo de pan"
Mientras el amigo agregaba:
" En mi casa que es una de varias aquí en la ciudad, tengo varios empleados que se pelean por atenderme porque saben que doy propina: mientras el humilde imaginaba: "Con un sobrante de café"
Y así la conversación se extendía y la necesidad resaltaba más mientras el éxito se notaba mas, era un completo intercambio de antónimos.
De repente el abundante dijo a su amigo: más hay algo que no tengo, a lo cual el humilde se quedó atónito y quiestionando ¿?
"No tengo en quien confiar para darle ni un quinto de lo que soy"
A ello el humilde le dijo: bueno yo soy tu amigo de toda la vida si me das para un café y un pan yo lo apreciaría eternamente. A lo cual contestó el "dura serviz"
Bueno pero no le preocupo por ti, porque sé que estás acostumbrado a estar cómo estás por lo que se que no ocupas nada de lo que te pueda ofrecer, así que ni intento obsequiarte nada.
Y termino agregando : por eso no hay nada como la amistad desinteresada que puede estar frente a ti y solo te pide que la escuches.
Gracias amigo y que tengas un lindo día, se despidió del humilde y antojado.
Moraleja:
No permitas que tu corazón tenga tanto que llegue a olvidar lo que significa dar, o que tú oído se cierre para recordar cómo iniciaste.
Porque todo lo que tienes de Dios proviene y a Dios solo sin nada quizás volverás.
En cambio cada vez que te despojes de algo para dar un día de aliento a otros, habrás puesto una corona más para tu eternidad en el cielo.
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