Saturday, June 1, 2019

Puede lo ilegitimo catalogar lo legítimo?

Genuino fue JOB.

Sin embargo sus amigos al ver su estado lo amonestaron, hola casi sosteniendo qué el sufrimiento era una imposición de Dios en relación a pecados cometidos y ante ello, aparece la explicación.

EL ARGUMENTO GANÓ, LA PREGUNTA QUEDÓ SIN RESPUESTA

Él había ganado su argumento. Pero no había respondido su pregunta. Había mostrado que el sufrimiento no puede ser explicado mediante el simple principio de la justicia retribuida (donde cada persona recibe lo que se merece): sufrimiento para el malvado, y prosperidad para el bueno. Pero no ha encontrado otra respuesta.

Al final del capítulo 31 quedamos con el aparente capricho de Dios. Todo parece ser arbitrario. Dios gobierna los asuntos de los hombres. Y sin dudas lo hace con sabiduría (28:12-28). Job nunca duda de ello. Pero, ¿por qué sufren los justos?, hasta ahora no tiene respuesta.

Sería posible vivir el resto de nuestras vidas con este nivel de entendimiento. Muchos cristianos tratan. Nosotros simplemente diríamos: "Sí, creo que Dios gobierna sobre el mundo y controla lo que sucede. También creo que Él es justo y sabio. Y creo que, aunque las cosas luzcan caprichosas y arbitrarias en esta vida, todos los males serán corregidos en el siglo venidero. Él me ha mostrado su amor en Jesucristo, y sé que Él es la única esperanza de significado para la vida ahora, y para la salvación en el mundo venidero. Así que me quedaré quieto, y confiaré en Dios, aunque no pueda comprender Sus extraños caminos".

Ése no es un mal modo de vivir. Pero el escritor del libro de Job no está satisfecho con vivir así. Y quiere que sus lectores conozcan que Dios no ha ocultado todos sus caminos. Hay más que ver en los propósitos de Dios, más de lo que podamos creer.

ELIÚ INTERVIENE

Así aparece un joven en la escena, en el capítulo 32, llamado Eliú. Su discurso abarca todo el capítulo 37. Y aquí aprendemos algo que ni Job ni sus amigos habían descubierto, a saber, que el sufrimiento de los justos no es un símbolo de la enemistad de Dios, sino de Su amor. No es un castigo por los pecados, sino un refinamiento de la justicia. No es una preparación para la destrucción, sino una protección contra la destrucción.

Los tres amigos estaban errados, el sufrimiento no es la prueba de la maldad. Y Job había estado equivocado, su sufrimiento no era la prueba de las arbitrariedades de Dios, ni Dios se había vuelto su enemigo. Eliú vino para dar un nuevo fundamento al argumento.

Entonces, es o no cierto, que la verdad del mundo no es la verdad de Dios y que lo que para muchos parece conclusión, puede volverse murmuracion, aun en este caso contra el mismo Dios. 


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