Como eslabones abiertos somos al pedir nuestros milagros, incapaces de sostener resultados mayores que los propios, porque llegado el milagro si otro depende de nosotros como eslabón abierto abrimos y ante la presión del peso soltamos aunque hallamos recibido lo esperado. Por eso debemos confiar en la soberana voluntad de Dios, por que él somos como eslabones cerrados que mientras esperan se estiran y brillan por la intensa presión de la prueba, pero soporta porque sabe que a sus extremos alguien más depende de esa valentía, que dicha es saber que Dios nos escoge para ser eslabones cerrados, que piden sin olvidar a los que unidos a si forman una increíble cadena de amor, lealtad, fe, pasión y entrega. Seamos soporte confiable de nuestra fe no dejemos debilitar nuestro eslabón porque esa es nuestra madurez espiritual verdadera y la mayor razón de nuestro existir. MUCHAS BENDICIONES Y SABIDURÍA DE LO ALTO |
Un viaje por mi vida que trae como objetivo dar Gloria a aquel que dio todo por mi en el madero!
Saturday, March 9, 2019
La espera y llegada de un milagro
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