La presencia de un amigo en Jesús es muy clara y distinta de lo que a un amigo del mundo se refiere. Un amigo cristiano es leal, sincero, servicial, desinteresado, atento, imitador del maestro en lo que se refiere a amar al prójimo, es un tesoro difícil de hallar.
Por ello, si haz hallado un amigo cristiano, conservarlo fielmente, escucha su voz porque de el emana bendición de lo alto, busca su porvenir para que tenga tiempo para que alcance la plenitud, no lo cargues con cosas del mundo porque de eso se encarga Jehova, por el contrario como los pajaritos del campo únete a el cada vez para dar palabra de gratitud que se eleve como perfume grato y así alcanzar el regazo de Dios.
Bendice desde tu alma a todo aquel que trata de ser amigo y ayúdale a alivianar su tarea, para que asi tenga razones para decir como tu: